
Fascia y ansiedad
Fascia y ansiedad
En el blog puedes encontrar dos artículos sobre los que te hablo de fascia.
Uno de ellos sobre ¿Qué es la fascia? y liberación miofascial; el otro sobre fascia y Yin Yoga.
Hoy quiero profundizar un poco más sobre la fascia y como almacena bloqueos y como la ansiedad tambien se queda en el cuerpo.
Antes te recuerdo lo que es la fascia:
La fascia es un tejido fibroso que “conecta” cada célula de nuestro cuerpo. Este tejido conectivo forma una red tridimensional de nuestro cuerpo, que se extiende desde la cabeza hasta los dedos de los pies. La fascia rodea e infunde todos los músculos, fibras musculares, huesos, vasos sanguíneos, nervios y órganos de nuestro cuerpo. También afecta directamente a nuestros sistemas corporales como nuestros sistemas muscular y neurológico.
Podemos pensar en la red de fascia como una red de transporte y comunicación, el conductor de la energía en la Medicina China, el Qi.
La idea de que los tejidos pueden poseer algún tipo de recuerdo siempre ha sido algo a debate entre la medicina occidental y otro tipo de terapias o medicina oriental hasta hace poco tiempo. La medicina ha ido viendo a través de investigaciones que los recuerdos pueden ser almacenados en los tejidos blandos. Así que quizás surgen preguntas como si estos recuerdos pueden trabajarse a través del cuerpo, a través de un trabajo con la fascia.
¿Qué es una disfunción en la fascia?
Es el daño que sufre la fascia cuando el cuerpo sufre un traumatismo, vive una situación de estrés mantenida o brusca, una cirugía, una cicatriz, una sobrecarga muscular o cualquier tensión que mantiene a nuestro cuerpo en una mala postura.
Estas situaciones pueden hacer que la fascia se contraiga, se inflame, perdiendo así su capacidad de deslizamiento, de elasticidad, de transmisión de fuerzas, de coordinación y equilibrio, provocando molestias físicas.
¿Puede afectar la ansiedad a la fascia?
Sí. ¿Qué es lo que ocurre cuando sientes ansiedad o estrés continuado en el tiempo? Si te fijas en tu cuerpo, verás que la parte superior se contrae, la zona del pecho se cierra, lo que dificulta tu respiración que se hace más corta y superficial. Al cerrarse, el cuerpo compensa llevando hombros hacia delante, encorvando espalda. Los órganos que realizan la digestión no trabajan igual, la zona de la pelvis también se contrae.
Todas esas acciones que va produciendo el cuerpo para protegerte, hacen que continuado en el tiempo, los tejidos se contraigan y notes contracturas y dolores, quizás dejes de sentir alguna zona de tu cuerpo o se provoquen parestesias. Todo esto va quedando almacenado en el cuerpo.
La clave para liberar la tensión, calmar los dolores y liberar tu cuerpo está en tu fascia.
A través del movimiento y de la interocepción como complemento a la terapia, podemos trabajar con el cuerpo para volver a crear conexión con él, para salir de los patrones establecidos, aquí entrarían las sesiones de Yoga sensible al Trauma de las que puedes ver algo más en otro artículo en el blog.
Y también se puede trabajar a través de la relajación miofascial, ya sea manual o con soportes como las pelotas, realizando distintas presiones y masajes, lo que tambien facilita esa interocepción y esa escucha a tu cuerpo.
La fascia está considerada como uno de los más importantes órganos sensoriales en estos momentos. El tejido conectivo envía señales al cerebro, nuestros movimientos corporales se combinan con los sensores de la fascia. Para que te hagas una idea, cada persona tiene de promedio entre 18 y 23 kg de tejido conectivo. Este tejido almacena agua en el cuerpo, proporciona nutrientes a las células y órganos, responde al estrés y la tensión y se adapta a ello, se regenera despacio (suele tardar de 7 a 14 meses en reemplazar fibras de colágeno), pierde agua a medida que envejecemos y con el sedentarismo, así que te invito a que de alguna forma trabajes con tu cuerpo para tener una fascia sana y eliminar bloqueos producidos, en este caso, por la ansiedad.
Namasté