
Teoría polivagal y nervio vago
Teoría polivagal y nervio vago
Este año pasado realicé un curso sobre teoría polivagal para entender mejor cómo funciona el nervio vago y cómo podemos trabajar con él para regular nuestro sistema nervioso autónomo. Y, aunque el curso tenía mucha información, he querido transmitiros aquí algo de la información sobre el nervio vago, ya que podemos influir en él a través de la práctica y realizando otros ejercicios.
Tradicionalmente se entendía el funcionamiento del sistema nervioso autónomo como un equilibrio entre el sistema nervioso simpático (el que nos prepara para la acción) y el sistema nervioso parasimpático (el que frena o relaja el cuerpo).
En los años 90, Stephen Porges presentó su teoría polivagal
en la que mostraba tres sistemas en lugar de dos
Uno de ellos sería el parasimpático, otro sería el simpático y, por último, el sistema social. Los tres sistemas se activan de forma jerárquica con el fin de regular la adaptación comportamental y fisiológica a los entornos de seguridad, peligro y amenaza vital. Por este orden, ante el peligro, primero se activa el sistema social (buscamos ayuda en los demás), si falla, se activa el simpático (huída, lucha) y, si no funciona, entonces se activa el parasimpático (desconexión, congelación).
Si nos fijamos en el sistema nervioso autónomo, tendríamos el camino del simpático (nos prepara para la acción) y del parasimpático que se divide en vagal ventral (sentimos seguridad, calma); y en vagal dorsal (congelación)
NERVIO VAGO
El nervio vago es el componente principal del sistema nervioso autónomo. Tiene dos ramas, una en la parte superior del cuerpo y otra por debajo del diafragma. Este nervio se origina en los nervios craneales (son nervios que salen directamente del cerebro), de los que tenemos 12 pares y el nervio vago que es el más largo de ellos.
Todos estos nervios actúan con el nervio vago para activar nuestros sistema vagal ventral (el de seguridad). Entre otras cosas controlan la expresión facial, la masticación, los párpados, la laringe y faringe, oído medio, así como el movimiento de girar e inclinar la cabeza.
Cuando hacemos ejercicios que implican la zona de la cabeza, mandíbula o tomamos, tragamos algo caliente, escuchamos música o hacemos ejercicios de respiración, estamos influyendo en el nervio vago.
Algo en lo que se puede trabajar es empezar a ver en qué sistema te encuentras en este momento o en alguna situación. Por ejemplo, si te encuentras en estado de alerta por algo puntual o es algo continuado por situación crónica de estrés, es posible que te encuentres en modo simpático; pero si tienes que hacer un gran esfuerzo para realizar cualquier tarea, puedes ser que te encuentres en vagal dorsal. Puedes buscar qué cosas te activan o te relajan, qué cosas te dan seguridad y cuales no.
¿Qué podemos hacer para trabajar con el nervio vago?
Depende de cada persona, podemos trabajar la respiración, escuchar música, cantar (la voz trabaja el nervio vago), contacto con la naturaleza, contacto con nuestras mascotas, movernos, traer alguna imagen que nos genere bienestar.
Me quedo con la respiración en este momento porque es algo que sucede involuntariamente en el cuerpo pero que también podemos modificarla y eso es algo que trabajamos en la práctica de yoga.
Te propongo que cierres tus ojos y que observes tu respiración.
Pon atención al aire que entra por tu nariz y deja que salga el aire también por la nariz.
Deja que la atención se quede en lo que pasa a través de la respiración en tu nariz, en tu pecho, en el abdomen… y permanece aquí con la atención en la respiración.
Este ejercicio sencillo, solo de llevar la atención a la respiración, nos ayuda a trabajar con el nervio vago.
Puedes hacer más ejercicios respiratorios, con conteo y pranayamas. A través de la respiración, podemos regular nuestra energía y también el estado del sistema nervioso.
Otro ejercicio que podemos hacer es tapping o masajear la cabeza y cuello, recordad los nervios que os comenté más arriba que salen del cerebro, entre ellos el nervio vago.
Como el nervio vago va recorriendo desde la cabeza, cuello y pecho hasta el abdomen, tocando órganos internos, toda la práctica que hacemos en yoga, incide sobre él también.
¿Qué te ha parecido? ¿conocías este nervio? Deja algún comentario.
Quiero dar las gracias a Carmen Cuenca por el curso y toda la información que transmite en él.
Namasté