Es una invitación a escuchar atentamente y a actuar conforme a lo que percibes en tu interior.
En Yin Yoga disminuimos la velocidad, nos relajamos y nos rendimos cada postura. Yin Yoga es una práctica lenta y suave, pero muy profunda y significativa. Nos permite reducir nuestros niveles de estrés y liberar tensiones acumuladas, para que nuestro sistema energético se restablezca y encuentre el equilibrio.
Mantenemos las posturas durante un tiempo determinado que puede oscilar entre 3-5 minutos, o más tiempo, con músculos relajados, lo que crea una estimulación profunda y continua de los tejidos conectivos más profundos: fascia, articulaciones, tendones y ligamentos. De esta manera, se refuerza su hidratación natural, creando flexibilidad y un flujo de energía vital, que también se conoce como “qi”, “ki” o “prana”.
Las posturas de Yin Yoga nos invitan a estar con nuestros pensamientos y emociones, lo que les permite surgir (en lugar de suprimirlos) y liberar la energía bloqueada que se almacena en el cuerpo, ya que, muchas veces, desde nuestros pensamientos, afectamos a nuestra postura corporal. Yin Yoga nos ofrece la experiencia de volvernos hacia adentro, quietud y consciencia, lo que a menudo es bastante desafiante ya que nuestras mentes están acostumbradas estar activas todo el tiempo. Es una herramienta que nos ayuda a limpiar la mente y a comenzar un hábito que nos ayuda a estar más presentes, en calma.